martes, 16 de abril de 2013

El parque

El calor me atolondraba, así que decidí refugiarme en el fresco abrazo de una sombra, acompañada por una botella de yogur líquido.

Hallé un banco en el parque de la plaza Mansuetos, pegado al antiguo matadero (reconvertido en escuela de música).

Intentaba no pensar en los veintiséis grados que marcaba el termómetro de una farmacia cercana, mientras el aire fresco me arrullaba.

Demasiado calor para esta época del año en Teruel. Además, casi no ha llovido.
He de levantarme para volver a casa, pero mi cuerpo se niega a abandonar este placentero lugar. Me falta echarme a dormir.

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