domingo, 2 de junio de 2013

Noche de espinas

No puedo dormir.

Siento la oscuridad de mi habitación como algo frío sin tu presencia. Sola. Me falta tu pecho para recostarme en él, tus brazos abrazándome, tu calor evitando el cubrirme con una manta.

Esa ausencia hace que sienta deseos de coger un peluche y abrazarlo. Dios, esto de no tenerte cerca es un asco.

No puedo evitar dar vueltas en la cama, como si inconscientemente buscara tu cuerpo. Aunque el meterme música de Nino Bravo en vena tampoco ayuda a solucionar esto. Es más, lo empeora porque no puedo evitar imaginarnos bailando "Te quiero, te quiero".

Todas las noches deseo soñarte, para al menos poder abrazarte y entonar nuestras canciones favoritas en el mundo onírico, pero cuando suena el despertador siento odio hacia él y me invade la tristeza porque me ha alejado bruscamente de ti.

No sé cómo, pero has conseguido que alrededor de mi corazón crezcan espinos, y hace que cada latido, sin tu presencia, me duela.



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