Te habían engañado haciéndose pasar por otros gays como tú. Posiblemente sólo tenían ganas de sentirse superiores.
Te lograron embaucar diciéndote que te montaras en su coche, que iba a ser una noche entretenida... Pero tú ibas a ser su diversión, un triste muñeco de paja.
Te llevaron a un lugar perdido, y lograron, no sin resistencia tuya, atarte a una reja. Empezaron a azotarte con la culata. Tú llorabas, con el rostro cubierto por aquella máscara sangrienta. Sentías tus huesos crujir mientras ellos se reían de tu desgracia. Así siguieron por un rato largo, hasta que se aburrieron y te dejaron abandonado no sin antes quitarte la cartera y los zapatos.
Parecías un ángel ensangrentado, bello, pero tétrico y con la faz del más puro dolor en tu cara. Quizá te envidiaban por eso, porque parecías un ser celestial al que dejaron tirado en mitad del campo como si fuese un espantapájaros.
Te lograron embaucar diciéndote que te montaras en su coche, que iba a ser una noche entretenida... Pero tú ibas a ser su diversión, un triste muñeco de paja.
Te llevaron a un lugar perdido, y lograron, no sin resistencia tuya, atarte a una reja. Empezaron a azotarte con la culata. Tú llorabas, con el rostro cubierto por aquella máscara sangrienta. Sentías tus huesos crujir mientras ellos se reían de tu desgracia. Así siguieron por un rato largo, hasta que se aburrieron y te dejaron abandonado no sin antes quitarte la cartera y los zapatos.
Parecías un ángel ensangrentado, bello, pero tétrico y con la faz del más puro dolor en tu cara. Quizá te envidiaban por eso, porque parecías un ser celestial al que dejaron tirado en mitad del campo como si fuese un espantapájaros.
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