El frío cadáver del muchacho yacía en mi cama, con las extremidades estiradas cual estrella, con la marca del taladro que le había atravesado la sien aún fresca y con sangre correteando. Su rostro dejaba ver que tenía los ojos muy abiertos, congelados en una última mirada de terror y dolor absoluto y con la boca muy abierta, en ese mudo grito que sólo pueden dar los muertos.
Yo observaba desde el umbral de la puerta de mi cuarto, con los pantalones, el pecho (iba descamisado) y mi pelo rubio, ensangrentados. Me había quitado las gafas para no manchármelas en la tarea.
No pude evitar sonreír ante mi obra de arte. Me encantaba... me excitaba aquel cuerpo muerto en mi cama.
Me senté al lado de aquel cuerpo, y después me incliné para que mi figura (bastante larga, la última vez que me medí llegaba hasta el 1,85) sobre él, para hablarle al oído.
-¿Te llamabas Joseph, verdad? Me presentaré. Soy Jeff y voy a hacer que nunca olvides esta noche. De hecho, no querrás salir nunca de mi casa. Joseph, quiero que sepas que te amo y que nunca te dejaré partir. - le dije lenta y sensualmente.
Empecé a besarle el cuello, lentamente pero de un modo intenso, mientras le acariciaba el pecho. Me agradaba esa rigidez, el disfrutar forzando al dueño de aquella carne a satisfacer mis desesos carnales, para luego acabar con su vida con la penetración del taladro en su cráneo.
Empezaba a perderme en mis pensamientos cuando caí en que debía esconder aquel cadáver para disfrutarlo después.
Me levanté a buscar un hacha. Quizá en la nevera...
:OO ¡Pero qué loco! D:
ResponderEliminarSaludos.
Creo q visitar el Rincon de Laika, va a ser una buenisima sensacion... =)
ResponderEliminarTienes que dedicarme una historia eh Susii?
Besitos!
Te mandaré un Whatsapp cuando necesite un doble de Schwarzenneger :)
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