sábado, 4 de octubre de 2014

Evana

De ti sólo quedan las sillas de hierro subidas a las mesas, y el recuerdo de los que pasaron tardes enteras sentados en ellas, disfrutando de una hamburguesa o un café.

Porque el frío turolense y la falta de móviles en los años 90 hacían de ti un lugar perfecto para charlar.

Has visto abrazos, declaraciones y celebraciones, y quizá alguna comida en solitario.

Ahora sólo eres un oscuro y escondido local en el centro de Teruel, y nadie salvo los que te han conocido o han oído hablar de ti saben que existes, esperando a que alguien se decida a volver a encender tus luces.


No hay comentarios:

Publicar un comentario